El cómo nos paramos, muestra cómo nos hemos ido afirmando, como nos posicionamos frente a la vida.
Estar enraizados, es estar conectados energética y sensorialmente a nuestras emociones y sentimientos más profundos en contacto con nosotros mismos y con la realidad; es estar bien posicionados, parados en nuestros propios pies, afirmados, seguros y confiados de nosotros mismos, implica un alto grado de autoconocimiento, de autoafirmación
Frases como “Me siento tambalear”… “No me siento firme”… “Me movieron el piso”… y tantas otras similares hacen referencia a la sensación de sentirse enclenque, inestables, inseguros.
Los dichos, los pensamientos, tienen una relación directa con cómo nos sentimos frente a ciertas situaciones o personas
Los invito a rememorar alguna situación particular en la que hayan experimentado una rabieta, o impotencia y se hayan sentido tambalear…esa sensación de inestabilidad que sube por los pies haciendo tambalear las piernas
No les ha sucedido alguna vez saliendo de algún sitio el sentirse desorientados, sin saber hacia qué lado rumbear?
O simplemente estimulamos tanto nuestro pensamiento, enviamos tanta información a nuestro cerebro, que sobrecargamos de energía nuestra cabeza, quedando pendientes de la mente, colgados en el pensamiento
También la ansiedad, un mal de la época, es fruto de los pensamientos, del “rum rum” y poder hacer un ejercicio que permita descender, descargar el exceso de energía acumulada observando las sensaciones manifestadas en el cuerpo posibilitaría relajar nuestra cabeza, aquietar la mente para mover la energía y que fluya libremente
La bioenergética propone varios ejercicios cuya finalidad es enraizar, afianzarnos movilizando la energía corporal para un libre y armónico fluir
Les entrego uno de ellos para que lo practiquen:
- De pie, piernas separadas al ancho de caderas
- Pies paralelos, con los dedos ligeramente vueltos hacia adentro
- Rodillas ligeramente flexionadas para permitir que circule la energía
- Vas flexionando el tronco vertebra por vertebra hacia adelante y abajo lenta y suavemente permitiendo que la respiración llegue libremente al abdomen
- Siempre manteniendo piernas semi flexionadas
- Brazos penden relajados por delante, no apoyados, el apoyo está en nuestras almohadillas plantares
- Talones apoyados al piso o ligeramente elevados
- Asegúrate de seguir respirando
- Permite que la cabeza caiga floja, libre
- Respira y saca el aire con sonido, libera la garganta, suelta la voz
- Permanece aproximadamente cinco minutos en esta posición
- Percibe sensaciones corporales y permite que fluyan las emociones que aparezcan, no las retengas, libéralas
- Si aparece una vibración en las piernas permítelo, es la energía que pide fluir, obsérvala sin cuestionamientos
- Al cabo del tiempo vas desarmando lenta y suavemente el ejercicio
Sería interesante que puedas registrar por escrito las sensaciones observadas, que lo practiques diariamente y que al cabo de un mes aproximadamente releas tus observaciones
Que puedas fluir con él…
Lic. Norma Gurri