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Alfa Centauri es el sistema estelar más cercano a nuestro Sol. Está compuesto de tres estrellas. Por un lado, Alfa Centauri A y B y, en tercer lugar, Alfa Centauri C, una enana roja que órbita alrededor de las otras dos. Pues bien, en 2016 los científicos descubrieron un planeta de un tamaño similar a la Tierra que rodeaba Próxima Centauri, como también se conoce a Alfa Centauri C. El planeta en cuestión, bautizado como Próxima B, se encontraba en lo que denomina zona de habitabilidad, es decir, a una distancia suficiente de su estrella para que pueda existir agua líquida.
Sin embargo, al margen de estar bien situado, el hecho de que Próxima Centauri sea una enana roja genera escepticismo a los astrónomos. Las enanas rojas son las estrellas más comunes de la Vía Láctea y, debido a su tamaño, su zona de habitabilidad es más reducida que la de otras estrellas de mayor tamaño. Esto provoca que los planetas que se encuentran en ella, solo muestren una cara, algo parecido a lo que le sucede con la Luna, nuestro satélite. Pero no son los únicos problemas que una enana roja puede causar a sus planetas, ya que su inestabilidad provoca tremendas y constantes llamaradas, por lo que una atmósfera cercana no podría aguantar mucho tiempo esta situación.
Sí son más parecidas a nuestro Sol las estrellas que orbita Próxima Centauri, estas son Alfa Centauri A y B, que orbitan juntas un mismo centro de masa. Pues bien, una nueva investigación publicada en la revista Nature Communications, señala que Alfa Centauri A podría tener su propio planeta dentro de su zona habitable.
El estudio corresponde al proyecto Near Earths in the Alpha Cen Region (NEAR), liderado por el Observatorio Europeo Austral (ESO) Y Breakthrough Watch, centrado en la búsqueda de exoplanetas con características similares a la Tierra. El objetivo era rastrear las zonas de habitabilidad de Alfa Centauri A y B, para lo que se han servido del Very Large Telescope, un sistema de cuatro telescopios del Observatorio Paranal, localizado sobre el cerro de mismo nombre, en una montaña de 2635 metros en el desierto de Atacama.
Han detectado una señal que podría corresponderse con un planeta del tamaño aproximado de Neptuno orbitando alrededor de Alfa Centauri A.
Gracias a los datos recopilados por NEAR durante los meses de mayo y junio de 2019, los investigadores han podido rastrear la huella térmica de la zona de habitabilidad de Alfa Centauri A, donde han encontrado una señal que podría corresponderse con un planeta del tamaño aproximado de Neptuno orbitando a una distancia de entre 1 y 2 unidades astronómicas, es decir en un rango de entre unos 150 y 300 millones de kilómetros. No obstante, todavía no han podido confirmar que, efectivamente, se trate de un planeta.
“Si bien la detección cumple con todos los criterios de cómo se vería un planeta, las explicaciones alternativas, como el polvo que orbita dentro de la zona habitable o simplemente un artefacto instrumental de origen desconocido, tienen que ser descartado”, explica Kevin Wagner, uno de los responsables del estudio. Explica además que la verificación de si se trata de un planeta o no tendrá que esperar y requerirá “del ingenio de la comunidad científca”.
Comparan su hallazgo con algo parecido a una pista obtenida en el popular juego de mesa Cluedo, por lo que ahora toca investigar de forma más detallada. Esperan también que el rastro detectado anime a otros astrónomos a estudiar con más detalle el sistema de Alfa Centauri, nuestro bario vecino en el espacio. Entre otras cosas porque, de confirmarse que efectivamente existe un planeta potencialmente habitable, puede que no sea el único.