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Cuando hablamos del Mundo pensamos en la Tierra y con frecuencia también incluimos al Sol y la Luna. Pensamos en lo grande y hermoso que es nuestro planeta, sus bosques, plantas, flores, animales, valles, ríos, mar, montañas. Tenemos todo lo que podemos imaginar y desear. Todo es hermoso y nos ayuda a vivir con alegría y disfrute. Son cosas que parecen ser hechas con amor para el hombre. Muchos piensan que todo eso es obra de Dios, yo creo que es obra de la Naturaleza.
Pero también tenemos otras cosas que no son para el disfrute de ningún ser vivo, como los terremotos, erupciones volcánicas, aludes, inundaciones, sequias. Todas estas cosas no fueron hechas para el bien inmediato de los seres vivientes, pero todo eso, también es la Naturaleza.
Cuando miramos el cielo una noche despejada y vemos un sinfín de estrellas nos damos cuenta que estamos en el Universo, la Tierra, la Luna y el Sol son sólo una ínfima parte de todo lo que existe aun cuando no lo veamos a simple vista sabemos que existe un infinito mundo macroscópico y microscópico. La Naturaleza es infinitamente grande e infinitamente pequeña, tiene un mecanismos perfecto e inalterable, no tiene principio ni fin, todo tiene un desarrollo y una vida. En algún momento se formó nuestro sol, luego la vida y luego la transformación de todo. Nosotros podemos desear que la vida no desaparezca, pero es inevitable, el Sol algún día dejará de tener el calor y la luz que hoy tiene y todo en la Tierra cambiará radicalmente. Son ciclos estelares inevitables e independientes de la vida en los Planetas. Así es la Naturaleza, ni Dios ni el Diablo. No lo entendemos, pero lo tenemos que aceptar, porque nosotros también somos parte de la Naturaleza. La única posibilidad es que podamos llevar la vida terrestre a otro planeta más joven y con las mismas condiciones de la Tierra.
Creo que el mundo es perfecto. Procedente del Sol, tenemos la cantidad justa de energía que necesitamos para generar la vida en nuestro planeta. La Tierra gira sobre su eje y nunca corre peligro de salirse de él. Todo el universo, sin excepción, cuenta con la misma inteligencia, que lo mantiene en orden y en equilibrio.
Los electrones, son pequeñas partículas que se desplazan a la velocidad de la luz según el lugar predeterminado donde deben ir y estar. El universo todo está completo y en continuo movimiento, es y será siempre lo mismo pese a las múltiples combinaciones y cambios. La teoría de la mecánica cuántica nos dice que todas las cosas del universo, incluidos nosotros, no existimos de un modo independiente, somos partes de un modelo orgánico que abarca todo lo existente.
La misma mecánica en las partículas subatómicas, en un átomo, en una molécula, en una célula, que un ser en un universo. Todo funciona de una manera sincronizada y a la perfección, como nosotros, resulta difícil de comprender la grandeza del universo y la forma que tiene de mantenerse en perfecta sincronía.
Un día en la playa, frente al mar, mirando la línea del horizonte, me di cuenta que no era una recta sino una curva, a derecha e izquierda descendía muy levemente y tenía que prestar mucha atención para percibir la curva del horizonte. Lo que estaba viendo era la redondez de la Tierra, me daba cuenta que era muy grande. Fue inevitable pensar en mí pequeñez ya que 11 diámetros de la Tierra equivalen al diámetro del Sol.
Existe una sola prodigiosa inteligencia, la de la Naturaleza y nosotros somos solamente una pequeña parte de ella.
Arq: Eduardo Cavallaro