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En la atención no hay limitación ni resistencia

Marzo 06, 2019 653

J. Krishnamurti, “Aprender es vivir”, cartas a las escuelas. 
Primero de noviembre de 1982”

¿Qué es estar atento? Si realmente captamos qué significa ser sensible, darse cuenta, si captamos lo limitada que es la concentración - captarlo no de manera verbal o intelectual, sino percibir la realidad de tales estados - entonces podemos preguntarnos qué es estar atento. La atención incluye el ver y el escuchar. Escuchamos no sólo con nuestros oídos, sino que también somos sensibles a los tonos, a la voz, a la implicación de las palabras; cuando escuchamos así, sin interferencia alguna, captamos instantáneamente la profundidad de un sonido. El sonido juega un papel extraordinario en nuestras vidas; el sonido de un trueno, una flauta sonando en la distancia, el extraño sonido del universo; el sonido del silencio, el sonido del propio corazón que late; el sonido de un pájaro y el ruido de un hombre que camina sobre el pavimento; el sonido de una cascada. El universo está lleno de sonido. Este sonido tiene su propio silencio; todas las cosas vivientes están incluidas en este sonido del silencio. Estar atento es escuchar este silencio y moverse con él.

El ver es una cuestión muy compleja. Uno ve un árbol, lo ve casualmente con los ojos y pasa de largo rápidamente, sin ver jamás los detalles de una hoja, su forma y estructura, sus colores, la variedad de los verdes. Observar una nube que contiene en si toda la luz del mundo, seguir el sonido de un torrente que parlotea mientras desciende por la colina; mirar, con sensibilidad sin resistencia, al amigo de uno, verse uno a sí mismo sin las sombras del rechazo o de la aceptación fácil; verse como una parte del todo; ver la inmensidad del universo. Esto es observación: ver sin la sombra del ‘yo’.

La atención es este escuchar y este ver, y en esta atención no hay limitación ni resistencia; por lo tanto, es una atención ilimitada. Atender implica esta inmensa energía que no está restringida a un punto. En esta atención no existe un movimiento repetitivo; no es mecánica. No es cuestión de cómo mantener esta atención, y cuando uno ha aprendido el arte de ver y escuchar, esta atención puede, ella misma, enfocarse en una página, en una palabra. En esto no hay resistencia, que es la actividad de la concentración. La inatención no puede perfeccionarse para convertirse en atención. Darse cuenta de la inatención, es terminar con ella; no es que la inatención se vuelva atención. El terminar con la inatención no tiene continuidad. El pasado que se modifica a sí mismo, es el futuro - una continuidad de lo que ha sido - y es en la continuidad que nos sentimos seguros, no en el terminar con algo. De modo que la atención no tiene la característica de la continuidad. Cualquier cosa que continúa es mecánica. El devenir es mecánico e implica tiempo. La atención no tiene la cualidad del tiempo. Todo esto es un asunto muy complicado. Uno debe investigarlo poco a poco y muy a fondo.

Nirguna Brahman